viernes, 31 de mayo de 2013
ACTIVIDAD DE COMPRENSIÓN LECTORA 7º GRADO 01 Y02
ORFEO Y EURÍDICE
Cuentan las leyendas que, en la época en que dioses y seres fabulosos poblaban la tierra, vivía en Grecia un joven llamado Orfeo, que solía entonar hermosísimos cantos acompañado por su lira. Su música era tan hermosa que, cuando sonaba, las fieras del bosque se acercaban a lamerle los pies y hasta las turbulentas aguas de los ríos se desviaban de su cauce para poder escuchar aquellos sones maravillosos.
Un día en que Orfeo se encontraba en el corazón del bosque tañendo su lira, descubrió entre las ramas de un lejano arbusto a una joven ninfa que, medio oculta, escuchaba embelesada. Orfeo dejó a un lado su lira y se acercó a contemplar a aquel ser cuya hermosura y discreción no eran igualadas por ningún otro.
- Hermosa ninfa de los bosques –dijo Orfeo-, si mi música es de tu agrado, abandona tu escondite y acércate a escuchar lo que mi humilde lira tiene que decirte.
La joven ninfa, llamada Eurídice, dudó unos segundos, pero finalmente se acercó a Orfeo y se sentó junto a él. Entonces Orfeo compuso para ella la más bella canción de amor que se había oído nunca en aquellos bosques. Y pocos días después se celebraban en aquel mismo lugar las bodas entre Orfeo y Eurídice.
La felicidad y el amor llenaron los días de la joven pareja. Pero los hados, que todo lo truecan, vinieron a cruzarse en su camino. Y una mañana en que Eurídice paseaba por un verde prado, una serpiente vino a morder el delicado talón de la ninfa depositando en él la semilla de la muerte. Así fue como Eurídice murió apenas unos meses después de haber celebrado sus bodas.
Al enterarse de la muerte de su amada, Orfeo cayó presa de la desesperación. Lleno de dolor decidió descender a las profundidades infernales para suplicar que permitieran a Eurídice volver a la vida.
Aunque el camino a los infiernos era largo y estaba lleno de dificultades, Orfeo consiguió llegar hasta el borde de la laguna Estigia, cuyas aguas separan el reino de la luz del reino de las tinieblas. Allí entonó un canto tan triste y tan melodioso que conmovió al mismísimo Carón, el barquero encargado de transportar las almas de los difuntos hasta la otra orilla de la laguna.
Orfeo atravesó en la barca de Carón las aguas que ningún ser vivo puede cruzar. Y una vez en el reino de las tinieblas, se presentó ante Plutón, dios de las profundidades infernales y, acompañado de su lira, pronunció estas palabras:
- ¡Oh, señor de las tinieblas! Héme aquí, en vuestros dominios, para suplicaros que resucitéis a mi esposa Eurídice y me permitáis llevarla conmigo. Yo os prometo que cuando nuestra vida termine, volveremos para siempre a este lugar.
La música y las palabras de Orfeo eran tan conmovedoras que consiguieron paralizar las penas de los castigados a sufrir eternamente. Y lograron también ablandar el corazón de Plutón, quien, por un instante, sintió que sus ojos se le humedecían.
- Joven Orfeo –dijo Plutón-, hasta aquí habían llegado noticias de la excelencia de tu música; pero nunca hasta tu llegada se habían escuchado en este lugar sones tan turbadores como los que se desprenden de tu lira. Por eso, te concedo el don que solicitas, aunque con una condición.
- ¡Oh, poderoso Plutón! –exclamó Orfeo-. Haré cualquier cosa que me pidáis con tal de recuperar a mi amadísima esposa.
- Pues bien –continuó Plutón-, tu adorada Eurídice seguirá tus pasos hasta que hayáis abandonado el reino de las tinieblas. Sólo entonces podrás mirarla. Si intentas verla antes de atravesar la laguna Estigia, la perderás para siempre.
- Así se hará –aseguró el músico.
Y Orfeo inició el camino de vuelta hacia el mundo de la luz. Durante largo tiempo Orfeo caminó por sombríos senderos y oscuros caminos habitados por la penumbra. En sus oídos retumbaba el silencio. Ni el más leve ruido delataba la proximidad de su amada. Y en su cabeza resonaban las palabras de Plutón: “Si intentas verla antes de atravesar la laguna de Estigia, la perderás para siempre”.
Por fin, Orfeo divisó la laguna. Allí estaba Carón con su barca y, al otro lado, la vida y la felicidad en compañía de Eurídice. ¿O acaso Eurídice no estaba allí y sólo se trataba de un sueño?. Orfeo dudó por un momento y, lleno de impaciencia, giró la cabeza para comprobar si Eurídice le seguía. Y en ese mismo momento vio como su amada se convertía en una columna de humo que él trató inútilmente de apresar entre sus brazos mientras gritaba preso de la desesperación:
- Eurídice, Eurídice...
Orfeo lloró y suplicó perdón a los dioses por su falta de confianza, pero sólo el silencio respondió a sus súplicas. Y, según cuentan las leyendas, Orfeo, triste y lleno de dolor, se retiró a un monte donde pasó el resto de su vida sin más compañía que su lira y las fieras que se acercaban a escuchar los melancólicos cantos compuestos en recuerdo de su amada.
Metamorfosis.
Instrucciones: Pulsa uno de los botones con las letras a, b y c. La letra acertada se pone de color rojo (con Internet Explorer).
miércoles, 22 de mayo de 2013
SÍNTESIS DE ESTUDIO
SÍNTESIS DE CONCEPTOS: FUENTES Y TEMAS DE LA LITERATURA
- ¿Cómo las obras literarias se convierten o hacen parte de la fuente de inspiración?
- ¿Cuál es el origen de la obra "Panchatandra"? ¿a qué género pertenece? y ¿a qué hace referencia?
- ¿De dónde procede la colección de cuentos "Calila e Dimna"?
- ¿De dónde se inspira Félix María Samaniego para escribir la fábula "La lechera"?
- ¿A qué se le llama textos clásicos? y ¿por qué?
- ¿Dé tres ejemplos de textos u obras clásicas?
- ¿Qué aspecto se considera fundamental en la cultura clásica?
- Explique el concepto de mito
- De las literaturas conocidas ¿cuál se considera la más antigua?
- ¿Cuáles son las primeras obras consideradas clásicas en la literatura griega?
- Explique brevemente el argumento de las obras "La Ilíada" y "La Odisea" y destaque sus características.
- ¿De dónde tomaron los romanos la fuente para hacer literatura?
- ¿Cuál es la obra considerada como representativa en la literatura clásica romana? y ¿quién es su autor?
- Realiza un breve argumento de esta obra.
- ¿Qué otra fuente de inspiración han tomado los occidentales para sus obras literarias?
- Defina el concepto de la Biblia.
- ¿Cómo está dividida la Biblia?
- ¿En qué siglo se escribió la Biblia? ¿cuál? y ¿qué tema central?
- En el punto de vista literario ¿cómo está formada la Biblia? y ¿qué características presenta?
- Consulta datos biográficos de autores de la literatura clásica.
CUENTO: "EL AHOGADO MÁS HERMOSO DEL MUNDO"
El ahogado más hermoso del
mundo
Los primeros niños que vieron el
promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la
ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni
arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la
playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los
restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces
descubrieron que era un ahogado.
Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo.
No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando se encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos.
Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando al ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar pescados. A medida que lo hacían, notaron que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en piltrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesterosa de los ahogados fluviales. Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación.
No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderlo ni una mesa bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un pedazo de vela cangreja, y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cosían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el bastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados. Lo compararon en secreto con sus propios hombres, pensando que no serían capaces de hacer en toda una vida lo que aquél era capaz de hacer en una noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus corazones como los seres más escuálidos y mezquinos de la tierra. Andaban extraviadas por esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres, que por ser la más vieja había contemplado al ahogado con menos pasión que compasión, suspiró:
—Tiene cara de llamarse Esteban.
Era verdad. A la mayoría le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía tener otro nombre. Las más porfiadas, que eran las más jóvenes, se mantuvieron con la ilusión de que al ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones mal cortados y peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su corazón hacían saltar los botones de la camisa. Después de la media noche se adelgazaron los silbidos del viento y el mar cayó en el sopor del miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las mujeres que lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las uñas y raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión cuando tuvieron que resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces cuando comprendieron cuánto debió haber sido de infeliz con aquel cuerpo descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba. Lo vieron condenado en vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los travesaños, a permanecer de pie en las visitas sin saber qué hacer con sus tiernas y rosadas manos de buey de mar, mientras la dueña de casa buscaba la silla más resistente y le suplicaba muerta de miedo siéntese aquí Esteban, hágame el favor, y él recostado contra las paredes, sonriendo, no se preocupe señora, así estoy bien, con los talones en carne viva y las espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas las visitas, no se preocupe señora, así estoy bien, sólo para no pasar vergüenza de desbaratar la silla, y acaso sin haber sabido nunca que quienes le decían no te vayas Esteban, espérate siquiera hasta que hierva el café, eran los mismos que después susurraban ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se fue el tonto hermoso. Esto pensaban las mujeres frente al cadáver un poco antes del amanecer. Más tarde, cuando le taparon la cara con un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a sollozar. Las otras, asentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los lamentos, y mientras más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el ahogado se les iba volviendo cada vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto que fue el hombre más desvalido de la tierra, el más manso y el más servicial, el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la noticia de que el ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de júbilo entre las lágrimas.
— ¡Bendito sea Dios —suspiraron—: es nuestro!
Los hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de mujer. Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que querían era quitarse de una vez el estorbo del intruso antes de que prendiera el sol bravo de aquel día árido y sin viento. Improvisaron unas angarillas con restos de trinquetes y botavaras, y las amarraron con carlingas de altura, para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia, de manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo a la orilla, como había sucedido con otros cuerpos. Pero mientras más se apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres para perder el tiempo. Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones, unas estorbando aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen viento, otras estorbando allá para abrocharse una pulsera de orientación, y al cabo de tanto quítate de ahí mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me haces caer sobre el difunto, a los hombres se les subieron al hígado las suspicacias y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que llevara encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando sus reliquias de pacotilla, llevando y trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que no se les iba en lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda. Una de las mujeres, mortificada por tanta insolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin aliento.
Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su guacamayo en el hombro, con su arcabuz de matar caníbales, pero Esteban solamente podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo. Bastó con que le quitaran el pañuelo de la cara para darse cuenta de que estaba avergonzado, de que no tenía la culpa de ser tan grande, ni tan pesado ni tan hermoso, y si hubiera sabido que aquello iba a suceder habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, en serio, me hubiera amarrado yo mismo un áncora de galón en el cuello y hubiera trastabillado como quien no quiere la cosa en los acantilados, para no andar ahora estorbando con este muerto de miércoles, como ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta porquería de fiambre que no tiene nada que ver conmigo. Había tanta verdad en su modo de estar, que hasta los hombres más suspicaces, los que sentían amargas las minuciosas noches del mar temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con los ahogados, hasta ésos, y otros más duros, se estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban.
Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un ahogado expósito. Algunas mujeres que habían ido a buscar flores en los pueblos vecinos regresaron con otras que no creían lo que les contaban, y éstas se fueron por más flores cuando vieron al muerto, y llevaron más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que apenas si se podía caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le eligieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron hermanos, tíos y primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí. Algunos marineros que oyeron el llanto a distancia perdieron la certeza del rumbo, y se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando antiguas fábulas de sirenas. Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo en hombros por la pendiente escarpada de los acantilados, hombres y mujeres tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus calles, la aridez de sus patios, la estrechez de sus sueños, frente al esplendor y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo. No tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande, qué lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en altamar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolabio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas: miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban.
Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo.
No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando se encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos.
Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando al ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y le rasparon la rémora con fierros de desescamar pescados. A medida que lo hacían, notaron que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en piltrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesterosa de los ahogados fluviales. Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación.
No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderlo ni una mesa bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un pedazo de vela cangreja, y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cosían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el bastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados. Lo compararon en secreto con sus propios hombres, pensando que no serían capaces de hacer en toda una vida lo que aquél era capaz de hacer en una noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus corazones como los seres más escuálidos y mezquinos de la tierra. Andaban extraviadas por esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres, que por ser la más vieja había contemplado al ahogado con menos pasión que compasión, suspiró:
—Tiene cara de llamarse Esteban.
Era verdad. A la mayoría le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía tener otro nombre. Las más porfiadas, que eran las más jóvenes, se mantuvieron con la ilusión de que al ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones mal cortados y peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su corazón hacían saltar los botones de la camisa. Después de la media noche se adelgazaron los silbidos del viento y el mar cayó en el sopor del miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las mujeres que lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las uñas y raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión cuando tuvieron que resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces cuando comprendieron cuánto debió haber sido de infeliz con aquel cuerpo descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba. Lo vieron condenado en vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los travesaños, a permanecer de pie en las visitas sin saber qué hacer con sus tiernas y rosadas manos de buey de mar, mientras la dueña de casa buscaba la silla más resistente y le suplicaba muerta de miedo siéntese aquí Esteban, hágame el favor, y él recostado contra las paredes, sonriendo, no se preocupe señora, así estoy bien, con los talones en carne viva y las espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas las visitas, no se preocupe señora, así estoy bien, sólo para no pasar vergüenza de desbaratar la silla, y acaso sin haber sabido nunca que quienes le decían no te vayas Esteban, espérate siquiera hasta que hierva el café, eran los mismos que después susurraban ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se fue el tonto hermoso. Esto pensaban las mujeres frente al cadáver un poco antes del amanecer. Más tarde, cuando le taparon la cara con un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a sollozar. Las otras, asentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los lamentos, y mientras más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el ahogado se les iba volviendo cada vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto que fue el hombre más desvalido de la tierra, el más manso y el más servicial, el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la noticia de que el ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de júbilo entre las lágrimas.
— ¡Bendito sea Dios —suspiraron—: es nuestro!
Los hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de mujer. Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que querían era quitarse de una vez el estorbo del intruso antes de que prendiera el sol bravo de aquel día árido y sin viento. Improvisaron unas angarillas con restos de trinquetes y botavaras, y las amarraron con carlingas de altura, para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia, de manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo a la orilla, como había sucedido con otros cuerpos. Pero mientras más se apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres para perder el tiempo. Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones, unas estorbando aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen viento, otras estorbando allá para abrocharse una pulsera de orientación, y al cabo de tanto quítate de ahí mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me haces caer sobre el difunto, a los hombres se les subieron al hígado las suspicacias y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que llevara encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando sus reliquias de pacotilla, llevando y trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que no se les iba en lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda. Una de las mujeres, mortificada por tanta insolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin aliento.
Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su guacamayo en el hombro, con su arcabuz de matar caníbales, pero Esteban solamente podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo. Bastó con que le quitaran el pañuelo de la cara para darse cuenta de que estaba avergonzado, de que no tenía la culpa de ser tan grande, ni tan pesado ni tan hermoso, y si hubiera sabido que aquello iba a suceder habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, en serio, me hubiera amarrado yo mismo un áncora de galón en el cuello y hubiera trastabillado como quien no quiere la cosa en los acantilados, para no andar ahora estorbando con este muerto de miércoles, como ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta porquería de fiambre que no tiene nada que ver conmigo. Había tanta verdad en su modo de estar, que hasta los hombres más suspicaces, los que sentían amargas las minuciosas noches del mar temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con los ahogados, hasta ésos, y otros más duros, se estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban.
Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un ahogado expósito. Algunas mujeres que habían ido a buscar flores en los pueblos vecinos regresaron con otras que no creían lo que les contaban, y éstas se fueron por más flores cuando vieron al muerto, y llevaron más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que apenas si se podía caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le eligieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron hermanos, tíos y primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí. Algunos marineros que oyeron el llanto a distancia perdieron la certeza del rumbo, y se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando antiguas fábulas de sirenas. Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo en hombros por la pendiente escarpada de los acantilados, hombres y mujeres tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus calles, la aridez de sus patios, la estrechez de sus sueños, frente al esplendor y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo. No tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande, qué lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en altamar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolabio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas: miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban.
Gabriel García Márquez
COMPROMISO Y EVALUACIÓN PARA 7-01 Y 7-02 ( tercer periodo unidad tres)
Para la semana del 15 al 19 de Julio de 2013 los estudiantes de séptimo grado deben realizar las siguientes actividades:
1. Martes 16 Comprobación de lectura de la Obra " Crónica de una muerte anunciada"
TALLER DE CONSULTA 7º (SEGUNDO PERIODO)
1. Martes 16 Comprobación de lectura de la Obra " Crónica de una muerte anunciada"
TALLER DE CONSULTA 7º (SEGUNDO PERIODO)
- Qué es enunciado?
- ¿Qué es oración?
- ¿Qué es frase ?
- ¿Qué es una proposición?
2. Establecer la diferencia entre enunciado y los demás conceptos.
3. Clases de enunciado.
4. Ejemplo de enunciado, oración, frases y proposiciones.
NOTA: la revisión será el 22 de mayo para 7-02 y el 23 para 7-01
Los siguientes son los temas que se evaluarán a los estudiantes de 7-01 y 7-02:
Los siguientes son los temas que se evaluarán a los estudiantes de 7-01 y 7-02:
- Teorías sobre el origen del hombre y del universo.
- Taller de lecturas: "La creación" y "Orfeo y Eurídice"
- Fuentes de la literatura
- Clases de literatura
NOTA: La fecha de realización de la evaluación será el 22 de mayo para 7-02 y el 23 para 7-01.
COMPROMISO Y EVALUACIÓN PARA LOS CURSOS 6-01, 6-02 Y 6-03
Los estudiantes de 6-01, 6-02 y 6-03 deben realizar los talleres de la unidad 2 del libro hasta la página 40.
Los siguientes son los temas que se evaluarán a los estudiantes de 6-01, 6-02 y 6-03:
COMPROMISOS Y EVALUACIONES 6º 01-02-03 TERCER PERIODO
Primer compromiso: martes 9 de julio
1. Consultar el concepto de palabra
2 .Estructura de la palabra
3. Clases de palabras
4. Estructura de la palabra
5. ¿Qué es lexema?
6. ¿Qué es morfema?
7. ¿ Qué es sufijo, afijo y prefijo?
Segundo compromiso: miércoles 9 de julio
Realiza el cuadro del libro pag.42 clasificación de las palabras
Escribe 10 palabras y señala el lexema y sus morfemas(prefijos, sufijos ,afijos)
Clasifica esas palabras (si son sustantivos, adjetivos, etc.)
Los siguientes son los temas que se evaluarán a los estudiantes de 6-01, 6-02 y 6-03:
- La narración
- Definición, partes, estructura y elementos de la narración.
NOTA: la realización de la evaluación será el lunes 27 de mayo de 2013
COMPROMISOS Y EVALUACIONES 6º 01-02-03 TERCER PERIODO
Primer compromiso: martes 9 de julio
1. Consultar el concepto de palabra
2 .Estructura de la palabra
3. Clases de palabras
4. Estructura de la palabra
5. ¿Qué es lexema?
6. ¿Qué es morfema?
7. ¿ Qué es sufijo, afijo y prefijo?
Segundo compromiso: miércoles 9 de julio
Realiza el cuadro del libro pag.42 clasificación de las palabras
Escribe 10 palabras y señala el lexema y sus morfemas(prefijos, sufijos ,afijos)
Clasifica esas palabras (si son sustantivos, adjetivos, etc.)
ACTIVIDADES PARA EL PORTAFOLIO SEGUNDO PERIODO 7ºGRADO
ACTIVIDADES PARA EL PORTAFOLIO SEGUNDO PERIODO 7ºGRADO
NOTA: FACHA DE ENTREGA 31 DE MAYO.
ACTIVIDAD Nº 1: Los
jeroglíficos. ¿Qué son? Y dar ejemplos
ACTIVIDAD Nº 2: Los
caligramas. ¿Qué son? Y dar ejemplos
ACTIVIDAD Nº 3 Jitanjáforas. ¿Qué son? Y
dar ejemplos.
ACTIVIDAD Nº4: Greguerías.
¿Qué son? Y dar ejemplos
ACTIVIDAD Nº 5: Día del Idioma. ¿Por qué se celebra el 23 de Abril el día del
Idioma? Biografía de Miguel de Cervantes Saavedra.
Ilustra
con dibujos alusivos al día del idioma.
ACTIVIDAD Nº6: 26
De abril día de los niños y las niñas. Investigar sobre los
derechos de los niños (as) ilustrar con dibujos.
ACTIVIDAD Nº 7: 1º
de Mayo día del trabajo: Investigar
¿por qué se celebra el día del
trabajo? Ilustrar con dibujos
ACTIVIDAD Nº 8: Día
de las madres. Creación
literaria alusiva a su mamá (canción, poema, acróstico, pensamiento, tarjeta,
caligrama, coplas etc.) Ilustrar con dibujos
ACTIVIDAD Nº 9:Día
del maestro. Homenaje
a tus maestros, creación literaria con dibujos
alusivos a la labor del maestro.
ACTIVIDADES PARA EL PORTAFOLIO SEGUNDO PERIODO 6ºGRADO
ACTIVIDADES PARA EL PORTAFOLIO SEGUNDO PERIODO 6ºGRADO
NOTA: FECHA DE ENTREGA HASTA EL 31 DE MAYO.
ACTIVIDAD Nº 1: La Caricatura,
Dibuja una caricatura de Gabriel García Márquez
Y escribe los datos más
importantes de su biografía.
ACTIVIDAD Nº 2: La
historieta. Recorta y pega
historietas y señala cada uno de los elementos
de la historieta (viñetas, globos, clases de globos
ACTIVIDAD Nº 3: Análisis
del cuento “ El ahogado más hermoso del mundo”
Actividad de lectura
del cuento y representación gráfica.
ACTIVIDAD Nº4: Historieta
del cuento “El ahogado más hermoso del mundo”
Representa a
través de la historieta el cuento.
ACTIVIDAD Nº 5: Día del Idioma. ¿Por qué se celebra el 23 de Abril el día del
Idioma? Ilustra con dibujos alusivos al
día del idioma.
ACTIVIDAD Nº6: 26
De abril día de los niños y las niñas. Investigar sobre los derechos de los niños (as) ilustrar
con dibujos.
ACTIVIDAD Nº 7: 1º
de Mayo día del trabajo: Investigar
¿por qué se celebra el día del trabajo? Ilustrar con dibujos
ACTIVIDAD Nº 8: Día
de las madres. Creación
literaria alusiva a su mamá (canción, poema, acróstico, pensamiento , tarjeta,
caligrama, coplas etc.) Ilustrar con dibujos
ACTIVIDAD Nº 9: Día
del maestro. Homenaje a tus maestros, creación literaria con
dibujos alusivos a la labor del maestro.
lunes, 20 de mayo de 2013
SÉPTIMO GRADO
UNIDAD 2
LITERATURA
Lectura: “Orfeo y Eurídice”
“La creación”
FUENTES Y TEMAS DE LA LITERATURA
·
La
tradición clásica
·
Literatura
griega
·
Literatura
romana
·
La
tradición bíblica
PRODUCCIÓN TEXTUAL
·
Lectura:
“Una noche encendida”
·
El
enunciado
http://www.conevyt.org.mx/colaboracion/colabora/objetivos/libros_pdf/ses1_u2lecc2.pdf
http://www.conevyt.org.mx/colaboracion/colabora/objetivos/libros_pdf/ses1_u2lecc2.pdf
·
Clasificación
de oraciones según la actitud del hablante
·
Denotación
y connotación
ORTOGRAFÍA
Otras reglas para la grafía j y g, m y n
EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA
·
El
texto argumentativo – estructura
·
La
exposición oral
·
El
periódico
UNIDAD No 3 SEXTO GRADO TERCER PERIODO (JULIO 08 A SEPT. 13)
SEXTO GRADO
UNIDAD
(08 de Julio – 13 de Septiembre)
EJES TEMATICOS 6º GRADO (TERCER PERIODO)
1.
PRODUCCION TEXTUAL
GRAMATICA
-
La palabra y sus constituyentes
-
EL SUSTANTIVO: clases de sustantivos
-
Familia de palabras
-
EL VERBO: Accidentes gramaticales que modifican
el verbo.
-
Conjugación de verbos
-
ADJETIVO: Clases de adjetivos
2. EXPRESIÓN
ORAL Y ESCRITA
-
LA COMUNICACIÓN: Elementos y medios de
comunicación
-
El correo electrónico
-
La carta
-
La conversación
3.
LITERATURA
A.
LA NOVELA: Clases de novelas
-
Diferencia entre cuento y novela
-
Lectura y análisis de novelas
-
Autores novelistas
B.
LA FÁBULA: Estructura
-
La fábula contemporánea
-
Lectura y análisis de fábulas
“El lobo y la cigüeña”
“El cuervo y la Zorra”
“El Ratón agradecido”
C.
ELMITO Y LA LEYENDA
-
Semejanzas y diferencias entre mito y leyenda.
-
Faetonte (Mito)
-
La leyenda del
Dorado
4.
ORTOGRAFÍA
-
Uso y reglas de las grafías: G, J, b, v, H
-
Otros signos de puntuación: (:, “ “, (), guión
(-), raya (_)
5.
PRODUCCIÓN TEXTUAL
-
EL ADVERBIO: Clases
-
Prefijos y Sufijos
LOGROS:
1.
Lee y reconoce los elementos característicos de
novelas, fábulas, mitos y leyendas.
2. Comprende,
diferencia y emplea correctamente las palabras en diferentes contextos.
3. Comprende
y aplica las diferentes reglas para las grafías: J, G, b, v, h.
4. Valora
la importancia y el uso de los medios de comunicación en la vida cotidiana.
PROYECTO: Entrega de Portafolio al final del periodo.
LISTADO DE ESTUDIANTES DEL PLAN PADRINO
PLAN DE AULA PARA EL MEJORAMIENTO ACADÉMICO EN LENGUA CASTELLANA Y COMPETENCIA COMUNICATIVA II PERIODO
GRADOS 6º 01 -02
-03 Y 7º 01 -02
DOCENTE: MYFAIR
LADYS ARIZA
1.-PLAN PADRINO
6º01
ESTUDIANTES CON DIFICULTADES
|
PADRINOS
|
Acuña Caro Jesús David
Cárdenas Campo
Yuleisi
|
Gómez Duran Karen
|
Di-zeo Hurtado
María
Martínez Galvis
Omar
|
Gamboa Coronado
Danna
|
Pulgarín Sánchez
Nayelis
Ramírez Escudero
Ronald
|
Hernández Uribe
Tania
|
Cañate Cassiani
Aldair
Guerrero Sebastián
|
Maldonado Cabrera Andrea
|
Castellano Olaya
Luis
Rosania Montero
David
|
Reyes Herrera
Stephany
|
Mendoza Severiche
Shadia
Muñetón Aguilar
Karen
|
Vargas Karoll
|
Niebles Emanuel
|
Mendoza Jefferson
|
6º 02
|
|
Jiménez Ávila Kendals
Matta Suárez Danna
|
Santis Luna
Valentina
|
López Camargo
Sebastián
Rodriguez
Valderrama Alix
|
Pinto Brito
Wilfrido
|
Ruíz Ojeda Isaac
De la Hoz Ospino Camila
|
Caicedo Schmalbach
Valentina
|
Stefanel Iriarte
Camilo
Orozco Tatis Lina
|
Blanco Vergara
Juan David
|
Vásquez Zea Lilia
Rosa
Fernández Carey
Jesús
|
Orozco Cabrera
Sheila
Sánchez Cardona
Camila
|
6º 03
|
|
Cantillo Figueroa
Eliana
Castellano Orozco
Jami
|
Álvarez Hernández
Jairo
|
Dulce García Jesús
Matteus Mosquera
José
|
Argüelles Barraza
Angie
|
Ortiz Jiménez
Isaac
Pacheco Muñoz
Fredy
|
Cantillo Mendoza Julieth
|
Parrish Guzmán Karl
Restrepo Angulo
Manuel
|
Martínez Rodelo
Valentina
|
Sánchez Estrada
Rodrigo
Vásquez Tapia
María Camila
|
Pérez Díaz Natalia
|
7º 01
|
|
Barrios
Gutiérrez Moisés
Cayón Guerra Juan
David
|
Benítez Mojica
Valerie
|
Clavijo Galvis
Briana
López Camargo Axel
|
Monsalvo Molina
Geraldine
|
Quiroga Vergara
Isaura
Rincón Joya Pedro
|
Leal Suárez Carlos
|
González
Coneo Maicol
Trujillo Ríos
Rubén
|
Linero Ruda
Allisson
|
Villar Pinto
Jonathan
Estrada Rojano
Marcos
|
Domínguez Solano
Olger
|
Pedroza Blanco
Karina
González Muñoz
Danna
|
Olivares Alzamora Brendy
|
Castro Martínez
Carlos
|
Cantillo Orozco Yerson
|
7º 02
|
|
Ariza López Walter
De la Cruz Caicedo
Sebastián
Tejada Pérez Jesús
David
|
Cervantes Orozco
Angely
|
Geraldino Martínez
Juan Camilo
Martínez Padilla
Melany
Torres Moreno
Carlos
|
Cabarcas Cardeño
María Mónica
|
Mora Fontalvo
Fabricio
Ordoñez Flórez Sergio
Ruíz Solano
Estefany
|
Cantillo Henríquez
Kimberly
|
Rojas Berdugo
Kevin
Romero Rada
Fernanda
Serrano Serrano
Selene
|
Bayter Consuegra
Javier
|
Observaciones: Los
estudiantes seleccionados como
Padrinos colaboraran con los estudiantes que presentan dificultades mediante
asesoría, explicaciones y trabajos colaborativos de talleres, e informarán al
docente de la asignatura los avances y/o dificultades que presenten los
estudiantes durante el proceso de acompañamiento mediante informe por escrito
cada quince días.
2.
LA INTERNET COMO HERRAMIENTA DE TRABAJO Y DE INTERACCION
DOCENTE/ESTUDIANTE.
A través del Blog de la Docente titular MYFAIR ARIZA: mylasu64.blogspot.com
y el de los Docentes practicantes es: cajmdalb.blogspot.com los estudiantes tendrán la oportunidad de
ingresar y obtener información de los contenidos a desarrollar, actividades,
talleres y compromisos asignados en el aula de clases. De igual manera tendrán
acceso a las diferentes técnicas de estudio y seleconarán el que más se adapte
a sus necesidades.
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